sábado, 31 de mayo de 2008

miércoles, 28 de mayo de 2008

LAS FARC DESPUÉS DE MARULANDA

EL NUEVO HERALD - Miami. Publicado el miércoles 28 de mayo del 2008

Foto: Archivo El Tiempo. En la Uribe. De derecha a izquierda: La vieja guardia: Manuel Marulanda y Jacobo Arenas. El nuevo cabecilla: Alfonso Cano


La muerte de Manuel Marulanda, los duros golpes que las FARC han recibido de la fuerza pública, el repudio de la sociedad colombiana, el descubrimiento de sus aliados foráneos y el inicio del desmantelamiento del entramado político legal, plantean serios interrogantes sobre el futuro de esa organización.

La estructura de la guerrilla, los reglamentos de funcionamiento y la obtusa terquedad de sus líderes, les ayudará temporalmente a sobrellevar la adversidad y tratar de conservar la cohesión interna. La organización recompondrá el Secretariado, procurará continuar el desarrollo del ''plan estratégico'', la aplicación de las directrices de la IX Conferencia y la preparación de la ofensiva general ordenada por Tirofijo el pasado 1 de enero. La prioridad seguirá siendo salvaguardar el aparato bélico y la acción política en el exterior, enmarcada en la revolución chavista y la Coordinadora Continental Bolivariana. Tampoco renunciará a tener en la mira las elecciones presidenciales del 2010, no cederá un milímetro en reclamar la desmilitarización de Pradera y Florida, ni liberará a los secuestrados, pues saben que son su carta más importante. En síntesis, no cambiará nada en el corto plazo.

Pero el mantenimiento de la presión militar y la asfixia política amenaza con sacar a las FARC de ese círculo vicioso, que no las llevará a ninguna parte. Los desastres militares y el relevo de los últimos ''marquetalianos'' (fundadores) por una generación que incluye dirigentes formados en las ciudades, debería impactar su dinámica. En principio, es previsible que esto genere espacios de reflexión donde se contemple la posibilidad de comenzar un lento viraje hacia la negociación con el gobierno. A diferencia de los procesos de paz de 1982 y 1998, en este caso, deberán tener la voluntad de desmovilizarse y entregar las armas. Mientras subsista la política de seguridad democrática, la mesa de diálogo no puede repetirse como movimiento táctico dentro de una estrategia de guerra.

A favor de ese escenario está que el nuevo jefe, Alfonso Cano, integra la llamada línea política de la guerrilla; también, el proceso de fragmentación interna y la oportunidad que les ofrece un contexto político de izquierda en América Latina. No obstante ser el camino ideal parecería inviable en el corto plazo. A pesar de todo, las FARC creen que están aguantando con éxito la arremetida, alimentan su mito de resistencia y los asiste la esperanza de que al final la política gubernamental será insuficiente para derrotarlos.

En realidad, las cosas no son tan fáciles para los herederos de Tirofijo. La desaparición de quien oficiaba de bisagra entre el ala militarista y la política tenderá a exacerbar las contradicciones internas. Si Cano no es capaz de manejarlas adecuadamente, se agravarán las condiciones de la guerrilla, dado los tremendos problemas de comando, control y comunicaciones que enfrenta, el severo debilitamiento de las convicciones revolucionarias, la penetración del poder corruptor del narcotráfico y la comprobada eficacia de las recompensas.

Contra la unidad guerrillera conspiran, además, el desconcierto, los juicios de responsabilidad y las diferentes interpretaciones sobre lo que está ocurriendo: mientras algunos farianos piensan que todo es resultado de no emplearse a fondo militarmente y de no jugar duro con terrorismo urbano, otros creen que el énfasis debe ser la guerra política, aprovechando la coyuntura regional y el final del mandato de Alvaro Uribe. En ese contexto, no hay que descartar reyertas violentas durante el período de transición o que la línea militarista y los frentes dedicados por completo al narcotráfico ejerzan todo su peso, incluso, pretendiendo exterminar a dirigentes acusados de aceptar acuerdos con el Estado.

Si se agudiza la división, las FARC estarán al borde de su implosión definitiva. Una muy importante facción negociaría su desmovilización con el Estado, sometiéndose a la ley de justicia y paz; lo anunció Karina: ''prefiero la cárcel a la selva''. Otras estructuras se quitarán la máscara para concentrarse sin reatos en el narcotráfico, aliados con bandas emergentes y nuevos carteles de la droga. Sólo un pequeño número, seguramente, en aisladas zonas de influencia histórica, no renunciará a los fusiles. Es un salto de cincuenta años al pasado.

El gobierno debe obrar con audacia. Es necesario desempolvar la propuesta hecha por el presidente Uribe en agosto del 2006 de convocar una Asamblea Nacional Constituyente para la paz, previa desmovilización y desarme de las FARC. Del mismo modo, acentuar las recompensas, desarrollar un agresivo programa de atención integral en zonas que son el último refugio de la organización criminal y replantear la relación con los campesinos cocaleros. Es importante no llamarse a engaños; aunque se derrumbó el mito de ''inderrotabilidad'' que le sirvió de cómplice a la guerrilla para cabalgar durante más de cuatro décadas en el lomo de la violencia, es prematuro afirmar que se encuentra en estado terminal y en una situación irreversible. Por lo pronto, esperamos el minuto de silencio que Chávez y Correa ofrezcan al camarada fallecido. Ortega se les adelantó.

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lunes, 26 de mayo de 2008

EL GOLPE DE GRACIA

Saúl Hernández.
Columnista de EL TIEMPO.
26 de marzo de 2008

La debacle de la guerrilla obligó a Marulanda a colgar la toalla.

El 2008 será recordado como un año histórico para Colombia. El otro 'secretariado', el de las autodefensas, está a buen recaudo en cárceles de verdad y enfrenta condenas que en nada se parecen al generoso castigo propuesto en la Ley de Justicia y Paz. Por su parte, el secretariado de las Farc tuvo su marzo negro -luminoso para Colombia-, que se llevó de un ramalazo a tres de sus miembros -incluyendo al principal de sus asesinos, 'Tirofijo'- y tal parece que hay otros con un pie en la tumba; el Ejército les respira en la nuca y ya no pueden confiar ni en su gente más cercana.

A ello se suman los narcos, que caen como moscas; los que se aliaron con 'paras' para cometer delitos y no simplemente para defenderse, que pasarán un buen tiempo en las cárceles; y los que apoyaron a las guerrillas con la mascarada de buscar la paz o de hacer acuerdos humanitarios mientras conspiraban contra el país entero, varios de los cuales terminarán en la sombra.

Pero, sin duda, dentro de esta cadena de sucesos, la muerte de 'Tirofijo' ocupará lugar preeminente porque con él se muere la horda que dirigía. En su epitafio habrá que escribir que "fundó y enterró a las Farc". Y las enterró a voluntad porque la suya es la historia de un fracaso que, al tenor de sus años, debió hacerle sentir una gran decepción y una frustración inmensa, que terminaron matándolo. En realidad, poco importa si lo mató un infarto o una bomba; la guerrilla siempre miente y el Gobierno ha demostrado hablar con la verdad, pero lo cierto es que las penas matan y 'Marulanda' debió sentir una honda pena moral viendo cómo se derrumbaba su delirio revolucionario.

Pena moral porque el grupo terrorista ya no es capaz de ejecutar ofensivas como la que él ordenó desatar por los días de año nuevo; pena moral por el incontenible repudio nacional expresado en la marcha del 4F; pena moral porque ya no pueden dormir tranquilos ni en refugios vecinos, como quedó claro con la muerte de su yerno, 'Raúl Reyes'; pena moral por la descomposición interna develada con la muerte de 'Iván Ríos'; pena moral por la incomunicación de sus bloques y las deserciones, como lo evidenció la sanguinaria 'Karina' -hoy autoproclamada 'santa'-; pena moral por la desnudez de muchos secretos contenidos en los computadores de 'Reyes'; pena moral por ser el mejor promotor de Álvaro Uribe y las políticas de su gobierno...

'Marulanda' murió con plena conciencia de que las Farc van por un despeñadero insalvable. Sabía que ya no es asunto de esperar en la retaguardia a que pase el chaparrón de este gobierno y que no basta con el oxígeno que les prestan poderosos amigos de la 'causa'. El viejo se creyó el cuento de que iba a hacer germinar la entelequia marxista en Colombia, donde hasta los pobres detestan esos desvaríos. Pudo hacer la paz muchas veces y terminar sus días como un prócer, pero en la perturbación de su mente no cabían términos medios, 'revolución o muerte', y aquella lo mató.

La debacle de la guerrilla lo mató de tristeza, lo obligó a tirar la toalla, no cabe duda. Y lo que hay detrás de esa debacle es la prueba palpable de que, ante la barbarie, lo que a un Estado legítimo corresponde es el uso de la fuerza y no los pactos con delincuentes. Esa confusión sembrada en las universidades públicas acerca de las causas objetivas del conflicto debe morir con 'Marulanda' y con las Farc. El comunismo no ha acabado con la pobreza y la 'injusticia' en ninguna parte; todo lo contrario, las ha exacerbado donde han caído en esa aventura.

Sin guerrillas, 'paras' y narcos, Colombia puede aspirar a ofrecerles un futuro honroso a sus ciudadanos siguiendo la senda del desarrollo y el progreso, como Chile o Irlanda, y no la del retroceso, como Venezuela o Cuba. Y se dirá algún día que el futuro empezó en el 2008, cuando el legendario 'Tirofijo', con su propia muerte, les dio a las Farc el golpe de gracia que faltaba.

domingo, 25 de mayo de 2008

ESPECIAL FARC - EL UNIVERSAL - Caracas


EL UNIVERSAL - Caracas. Domingo 25 de mayo de 2008


LA PRESIÓN MILITAR ASFIXIA A LAS FARC


En menos de un año, la guerrilla ha perdido cuatro de sus principales miembros.

Con la rendición de Nelly Ávila Moreno, alias "Karina", las FARC han sufrido su cuarto golpe en menos de un año.

La primera gran baja dentro de la guerrilla más antigua de América Latina se dio en septiembre de 2007 con la muerte del jefe rebelde Tomás Medina Caracas, alias "Negro Acacio".

Como si la guerra estuviera representada en un tablero de ajedrez, el segundo líder de las FARC, Raúl Reyes, cayó abatido el 1 de marzo, seguido tres días después por Iván Ríos, también miembro del Secretariado, que fue asesinado por su custodio.

Entre muertes, capturas, deserciones, pago de recompensas y ataques militares, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han entrado en un proceso de decadencia y fragmentación que las mantiene acorraladas y que se evidencia en su estrategia de encontrar apoyo y protagonismo en gobiernos extranjeros, según documentos del PC de Reyes.

Así lo sostiene el analista y consultor político Rafael Guarín, profesor de la Universidad del Rosario de Bogotá, quien agrega: "La entrega de Karina representa el éxito de las estrategias militares de la política de seguridad democrática y el Plan Colombia del gobierno de Álvaro Uribe".

Hasta hace 10 años las FARC estaban en capacidad de realizar ataques hasta con mil hombres a su disposición, pero con el proceso de modernización del Ejército colombiano desde 1998 (con el ex presidente Andrés Pastrana), y que se consolidó en 2002 (con Uribe), el escenario cambió radicalmente.

Datos del Ministerio de la Defensa colombiano revelan que de las 15.407 personas que decidieron dejar las armas y reintegrarse a la sociedad desde agosto de 2002 hasta abril de 2008, 9.228 pertenecían a las FARC y 2.051 a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

"Colombia ha transformado su concepto de derrota de hace 30 años, porque antes se buscaba la rendición total de la guerrilla. Ahora lo que se busca es doblegar la voluntad de lucha de las FARC, de tal manera que no se excluya una mesa de diálogo, sino que ésta sea útil para no usarse como estrategia de ataque", dice Guarín.

Cuando Karina dice que "prefiere la cárcel a la selva. Ya no tiene sentido la lucha armada", esta mujer, con 27 años dentro de esa organización, encarna el resultado de las presiones militares; del discurso por una lucha fuera de la clandestinidad; la falta de comunicación desde el Secretariado y los problemas internos sobre el verdadero sentido que tienen hoy las FARC, asegura Guarín.

El Ejército sostiene que los rebeldes controlan 30% de los cultivos de droga que se producen en el país, convirtiéndose así en un grupo narcoguerrillero.

La regionalización

La desmovilización de mandos medios y el hecho de que las fuerzas militares puedan ejercer presión efectiva, "señala que las FARC se han regionalizado, pero no desintegrado", indica Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflicto (Cerac).

"Donde los rebeldes están aislados, sus redes funcionan con mayor eficacia, pero hay zonas como el Cauca o Antioquia donde aún tienen mucha influencia y el Ejército no puede repelerlos del todo, así que aún es muy temprano para hablar del fin del conflicto", agrega el experto.

Restrepo coincide en que la presión militar ha funcionado, y sentencia: "Existe ahora el riesgo de que el conflicto se apueste en regiones marginales y es peligroso. Las FARC están centralizadas, pero aún hay mucha oportunidad de reducirlas".


LA GUERRILLA SE PREPARA PARA LAS ELECCIONES DE 2010

Colombia agitó la polémica sobre los documentos hallados en el computador de Raúl Reyes al anunciar que la Fiscalía abrirá investigaciones a varios políticos, entre ellos a la senadora Piedad Córdoba, por vínculos directos con las FARC.

Con este hecho se abre un nuevo capítulo en lo que se conoce ahora como la "farcpolítica" y que demuestra la vinculación que por años habrían podido tener las FARC con la clase política colombiana.

"Las FARC entienden, bajo su experiencia, que el Plan Colombia y la política de seguridad democrática de Álvaro Uribe no serán derrotados por la vía militar sino por la política y por ello se están alistando para 2010", dice el analista Rafael Guarín.

Como las guerras no se libran sólo con fusiles, sino con las luchas políticas, la guerrilla tiene que derrotar las dos estrategias que se le anteponen de la misma forma en que nacieron: en campaña y por las urnas, dice.

"Para ello -asegura Guarín- se necesita que los ciudadanos y el próximo candidato presidencial apuesten en 2010 a la salida política negociada de la que tanto hablan los rebeldes, pero en sus términos y no los del Gobierno", es decir, devolver el Ejército a los cuarteles, el despeje de territorios y alimentar la falta de unidad nacional.

Por eso se entiende que el discurso de las FARC sea desde ahora el intercambio humanitario de rehenes por guerrilleros presos, más el despeje militar. Y sostiene el analista: "Para que ellos logren ganar tienen que jugar con los actores dentro de Colombia y con los internacionales, que es donde entra ayuda de Hugo Chávez y Rafael Correa".

A las FARC no les conviene un acuerdo humanitario ahora en esa lógica que ha planteado Uribe y avala la comunidad internacional, "pues su intención es ir demostrando para 2010 que la política de seguridad democrática no permite el acuerdo humanitario", enfatiza Guarín.

Ahora lo importante es continuar la presión militar que siga degradando a la guerrilla y generando desmovilizaciones que fortalezcan al Estado, pero también políticas de atención social a los campesinos pobres que se sienten aún indefensos. flb

miércoles, 21 de mayo de 2008

DESPUÉS DE INTERPOL

Foto: www.elperiodico.com
EL NUEVO HERALD - Publicado el martes 20 de mayo del 2008

El informe forense de INTERPOL sobre las computadoras incautadas en el campamento ecuatoriano de ''Raúl Reyes'' clarifica tres cosas: eran propiedad del cabecilla guerrillero, no fueron alteradas y son un medio probatorio. ¿Qué hacer con esa información?

En el plano judicial se podrán establecer los nexos de sectores de la sociedad colombiana con las FARC y avanzar en el desmantelamiento de su entramado legal, compuesto por políticos, jueces, fiscales, periodistas y ''personalidades''. La guerrilla mantiene la ''combinación de todas las formas de lucha'': al tiempo que efectúa acciones armadas, se camufla en la legalidad para conseguir sus objetivos criminales.

Por otro lado, si bien Alvaro Uribe dijo en la Cumbre de Río que no denunciaría ante la Corte Penal Internacional (CPI) al presidente Hugo Chávez, la información servirá a las organizaciones no gubernamentales que decidan agotar la jurisdicción interna de Venezuela y cumplir con las formalidades requerida para acudir a La Haya.

Aunque Chávez públicamente se burle, íntimamente teme correr la suerte de Thomas Lubanga, comandante de las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo, o de militares de Uganda, respecto de los que la CPI dictó orden de detención. Los emails entre miembros del secretariado de las FARC, diversas declaraciones del propio Chávez y otros medios probatorios testimonian que la relación trasciende la simpatía ideológica y se extiende a la financiación de sus actividades terroristas, suministro de armas, cobertura política y concurso en la ejecución del plan estratégico de la guerrilla. Con ello, el teniente coronel contribuye a la comisión de crímenes de competencia de la Corte.

Por otro lado, la recepción por parte de la campaña electoral de Rafael Correa de dineros provenientes de actividades de narcotráfico y secuestro de las FARC, que embadurna con sangre y cocaína su presidencia, ocasionará las investigaciones judiciales reclamadas por la oposición en su país.

En el plano político habrá más agitación. El gobierno colombiano tiene la iniciativa y pasó de acusado a acusador. En sus manos está decidir qué hacer con la información que sindica a sus adversarios en la región. Podría buscar un compromiso de no divulgarla a cambio de que los gobiernos rompan sus relaciones con las FARC.

En realidad es poco factible. ¿Qué grado de confiabilidad se puede otorgar a quienes en la clandestinidad se asociaron con un grupo terrorista y narcotraficante? ¿Se puede creer en gobernantes que violan la legislación internacional que proscribe el apoyo o colaboración con organizaciones dedicadas a esas actividades?

Tal alternativa interpreta inadecuadamente lo que ocurre en América Latina y desconoce los fundamentos teóricos del proyecto bolivariano. Como lo recuerda el experto en seguridad, Román Ortiz, ''un gobierno revolucionario al interior es también un gobierno revisionista en el exterior''. Los vínculos y solidaridad con las FARC reflejan esa lógica y se enmarcan en la construcción del ''bloque regional de poder - (patria grande)'', indispensable para realizar el socialismo del siglo XXI. Según Heinz Dieterich Steffan el programa revolucionario sólo es posible si se consolida en el ámbito regional. ¿Es entonces sensato esperar que el chavismo renuncie voluntariamente a extender su mano sobre Colombia, cuando esto significa su fracaso?

Parece más apropiado estar dispuestos a acudir al Consejo Permanente de la OEA y al Consejo de Seguridad de la ONU, previa sensibilización de la opinión pública mundial. Es necesario organizar, clasificar y publicitar la información referida a los tratos de Chávez y Correa con las FARC y allegarla a todos los gobiernos. La presión internacional debería quebrar la confabulación farchavista o someterla al ostracismo. Si no fuera así, se legitimarán otro tipo de acciones.

Hay que colocar las cosas en su sitio. No estamos viviendo una situación común en que la confrontación armada desborda fronteras y afecta los países vecinos. Los gobiernos de Venezuela y Ecuador, más que sufrir el ''conflicto colombiano'', son aliados de las FARC. Precisamente eso es lo que amenaza la paz en la región, no la respuesta legítima del Estado al terrorismo y al narcotráfico. Tampoco se puede comparar con la pasividad de Francia frente a ETA. Francia no compartía los objetivos de la banda terrorista, no la armaba, ni la financiaba, ni ninguno de sus gobernantes recibió de ella aportes a sus campañas electorales.

Los gobiernos que integran la revolución bolivariana deben comprender que el terrorismo y los crímenes de lesa humanidad son inaceptables para el mundo y para sus pueblos. Omitirlo les puede llevar a recorrer el camino del general Manuel Antonio Noriega, ahogar su proyecto político y menoscabar el respaldo popular. Por eso, camaradas Chávez y Correa, lo mejor es romper con las FARC.

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domingo, 18 de mayo de 2008

LOS E-MAILS SECRETOS


El siguiente artículo de la Revista Semana ratifica nuestras denuncias hechas en las columnas de El Nuevo Herald y Semana.com, respecto a la alianza farchavista:

PATRIA, TOTALITARISMO O MUERTE

LA MANO DEL TENIENTE CORONEL

CHÁVEZ Y LA LLAVE DE LA PAZ

LA VERDAD, PRESIDENTE - EL DESNUDO DE LA ALIAZA FARC - CHÁVEZ

CHÁVEZ Y LAS ARMAS DEL CHANTAJE INJERENCISTA

TENAZA FARCHAVISTA

JAQUE A LA TENAZA

EL ENTRAMADO CONTINENTAL DEL TERRORISMO

Semana revela escandalosos correos del computador de Reyes que demuestran que el gobierno de Chávez les dio armas, plata y refugio a las Farc.

Fecha: 05/17/2008 -1359
La noticia de que la Interpol ratificó que no se había manipulado la información contenida en el computador de Raúl Reyes, más que entusiasmo, debería generar una gran preocupación entre los colombianos. Los últimos hallazgos entre las comunicaciones de Reyes, el Secretariado y Manuel Marulanda, 'Tirofijo', demuestran de manera detallada el escandaloso grado de colaboración del gobierno de Hugo Chávez con las Farc en los temas militar, político, económico y logístico.


Que un vecino con el cual Colombia comparte una frontera de 2.199 kilómetros haya decidido ponerse del bando del enemigo interno es de una gravedad insospechada. En otras partes del mundo ha sido motivo para iniciar guerras. Y la explicación es sencilla: es casi imposible derrotar una fuerza insurgente que tiene un apoyo externo sostenido y una retaguardia segura. De Chávez siempre se sabía que tenía simpatía ideológica con la guerrilla y que incluso algunas unidades suyas se hacían las de la vista gorda en la frontera. Que hasta podía haber una política de no agresión mutua entre las Farc y militares venezolanos. Pero la realidad terminó siendo mucho más grave, según queda al descubierto en los correos del Secretariado.

En los mensajes se constata que en los últimos dos años el gobierno de Chávez, a través de sus más altos funcionarios -y él mismo-, les ayuda a las Farc a conseguir armas en el mercado internacional, financia la lucha insurgente en Colombia, ofrece refugio y protección a guerrilleros en una "zona de descanso" al otro lado de la frontera, y trabajar conjuntamente con ellas en un "plan estratégico" que incluye la expansión del proyecto bolivariano de Chávez y el reconocimiento de beligerancia de las Farc.
Los colombianos aún recuerdan la imagen de Chávez, el miembro del Secretariado Iván Márquez y la senadora Piedad Córdoba a la salida del Palacio de Miraflores el 8 de noviembre de 2007. En ese momento se hablaba de los avances para un acuerdo humanitario para la liberación de los secuestrados por las Farc. Pocos sabían que esa no fue la única reunión que sostuvieron, y que en la agenda había mucho más que un interés humanitario. En un mensaje fechado el 12 de noviembre de 2007 por Márquez a 'Tirofijo' y sus camaradas del Secretariado quedan al descubierto los objetivos ocultos de estos encuentros.

En ese correo de 12 puntos, Márquez y Rodrigo Granda, el guerrillero liberado por el presidente Álvaro Uribe hace un año por solicitud expresa del mandatario francés Nicolas Sarkozy, informan sobre el "éxito" de sus gestiones con Chávez. El primer punto es el más aterrador. "Chávez aprobó totalmente y sin pestañear la solicitud de 300", refiriéndose a los 300 millones de dólares que las Farc les habían solicitado a altos funcionarios venezolanos en varias reuniones anteriores. Mientras en las cámaras de televisión Chávez anunciaba que se avanzaba hacia un acuerdo humanitario, por debajo de cuerda las Farc y el gobierno venezolano habían acordado un plan de cooperación militar. "Las relaciones con el Ejército (venezolano) están muy próximas a lo que plantea el Plan Estratégico. Tenemos amistad y buena empatía, por lo menos con cinco generales. Es más, Chávez impartió delante de mí la instrucción de crear en la frontera sitios de descanso y atención de enfermos y designó una especie de Estado Mayor para estas relaciones. Ya nos están preguntando dónde sugerimos hacerlos. Chávez dio a entender que ayudarían sin importar que se diera una situación de confrontación. Dijo que si Uribe toca un delegado de Farc, se ganará un enemigo de por vida". Esto ayudaría a explicar la indignación de Chávez con la muerte de Reyes, cuatro meses más tarde en el bombardeo, y el minuto de silencio que le concedió como homenaje.

El correo tiene otro aparte que deja en evidencia el doble juego de Chávez y el grado de confianza que existe con las Farc, e incluso con el ELN. "A instancias de Chávez nos reunimos en nuestro búnker en el Fuerte Tiuna con Antonio y Gabino (comandantes del ELN) en un ambiente muy fraternal". El Fuerte Tiuna es el cuartel general de las Fuerzas Armadas venezolano. Sorprende, por decir lo menos, que un grupo armado que busca derrocar al gobierno colombiano tenga las puertas abiertas al corazón del estamento militar venezolano, y aterra que las Farc se sientan como en casa.

Armas y plata

La cumbre de Miraflores fue la culminación de una serie de gestiones que comenzaron en enero de 2007, muchos meses antes de que Chávez fuera designado facilitador para el intercambio por el presidente Álvaro Uribe.

En un correo del 4 de enero de 2007, Iván Márquez le informa al Secretariado que se reunió con dos de los más importantes generales venezolanos, el director de Inteligencia Militar y el comandante de una de los principales guarniciones en la frontera con Colombia. "Me reuní con los generales Alcalá y Carvajal (con los cuales ya me había reunido en tres ocasiones en compañía de Ricardo, Rodrigo Granda). Hablamos del plan patriota, canje, la parapolítica y tres aspectos del Plan Estratégico: finanzas, armas y políticas de frontera". En ese mismo mensaje, Márquez les cuenta que les "van a hacer llegar (la próxima semana) 20 bazucas, de las cuales 10 serían para Timo (Timochenko, miembro del Secretariado) y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor. Reiteran la oferta de munición". Como si lo anterior fuera poco, en la reunión entre los generales venezolanos y Márquez se contempla la posibilidad "de aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a las Farc".

Dos semanas después, las armas prometidas por los generales venezolanos llegaron a las Farc. "Los aparatos que hemos recibido con Timo (Timochenko) son cohetes antitanque de 85 mm, dos tubos y 21 cargas. El amigo dice que tiene más de 1.000 cargas y que próximamente nos hará llegar otras más, así como otros tubos", dice una carta el 20 de enero de 2007 de Márquez a 'Tirofijo' y los miembros del Secretariado. El tráfico de armas no era lo único que se tramaba.

En un mensaje al Secretariado del 18 de enero de 2007, se insiste en la urgente necesidad de coordinar una reunión de las Farc con Chávez. Plantean "fortalecer la alianza contra los gringos y sus aliados estratégicos y proponerle que nos ayuden a conseguir el armamento que dice el plan estratégico, el préstamo de 250 millones de dólares para pagarlos cuando tomemos el poder". Esta cifra no es arbitraria. Entre las conclusiones más importantes de la novena conferencia de las Farc, donde se determina las acciones a seguir de todos los frentes, se puso como objetivo conseguir 230 millones de dólares.

Entre febrero y agosto de 2007 parece haberse dado un enfriamiento de los contactos a alto nivel, que sólo se reactivaron con la designación de Chávez como facilitador del intercambio humanitario por parte del presidente Uribe. Lo que nunca se detuvo fueron los contactos para la adquisición de armas para las Farc. Allí jugó un papel fundamental el diputado venezolano Amílkar Figueroa. Conocido con el alias de 'Tino' por los guerrilleros colombianos, Figueroa es reconocido militante de la izquierda radical con muy buenas relaciones con movimientos revolucionarios en América Latina como el Mrta en Perú. En Venezuela es uno de los líderes del movimiento V República y se ha convertido en un hombre clave para la adquisición de armas para las Farc en el vecino país.

En un correo del 6 de septiembre, Márquez le cuenta a 'Tirofijo' y al Secretariado los buenos oficios de 'Tino' con los traficantes de armas. "Ayer recibí a dos australianos proveedores de armas traídos por el Tino. Ofrecen a precios muy favorables todo lo que necesitamos: fusiles, lanzagranadas múltiples, ametralladoras PKM y punto 50 y los misiles. Todos estos materiales de fabricación rusa y china. Nos suministraron precios. AK Chino repotenciado a 120 dólares. AK rusos normales a 175 dólares. Lanzadores de RPG a 3.000 dólares. Explican que tienen una granada termobárica que destruye todo lo que haya en espacios cerrados (como las bombas de los gringos contra los refugios de Al Qaeda) a 800 dólares. Misil chino (según ellos el más moderno en la actualidad), con un 97 por ciento de efectividad, a 93.000 dólares. Dicen que es simple de operar y que ellos garantizan la instrucción. La munición de AK a 21 centavos unidad. Pero que si la compra es de tres millones de cartuchos, el precio es a nueve centavos unidad. La carga, una vez que salga, puede durar entre un mes o mes y medio para llegar a Venezuela. Reiteradamente expresan que confían en nosotros y que el Tino como parlamentario de una institución muy reconocida es también buen garante".

El tema de las armas no quedó en un simple ofrecimiento. Dos meses después, en la famosa reunión del Palacio de Miraflores con Chávez, Márquez deja constancia en un correo enviado al Secretariado de que Ramón Rodríguez Chacín fue designado por el Presidente venezolano como su contacto para el tema de las armas. Este, según Márquez, "ya sugirió un mecanismo para recibirles a los australianos en el Orinoco". Estos correos dejan en evidencia que las Farc, con la complacencia del gobierno venezolano, utilizan el territorio de ese país para traficar armas con destino a la guerrilla en Colombia.

El plan estratégico

Rodríguez Chacín, nombrado ministro del Interior en enero de este año, es el hombre clave en las relaciones directas entre Chávez y las Farc y es quien tomó la batuta en los contactos con Iván Márquez bajo la sombrilla del intercambio, a finales de agosto de 2007. De entrada, los correos revelan que había dos agendas. Una, pública, lograr la liberación de secuestrados. Y la otra, clandestina, avanzar en el llamado "Plan Estratégico" y en especial lo relativo a los 250 millones de dólares. En un correo del 5 de septiembre, Márquez le cuenta al Secretariado sobre sus reuniones con Rodríguez Chacín, a quien se refiere como el 'Cojo'. "En la primera reunión le recordé al Cojo lo que habíamos hablado la primera vez sobre el préstamo. En la segundo venida me dijo que la reacción del amigo había sido preguntar cuánto, dando a entender que se podía considerar. El tema lo dejé ahí pensando en la eventual reunión con JE ('Tirofijo')" .Un mes después, el 6 de octubre, Márquez le escribe a 'Tirofijo' y al Secretariado que "lo que se viene no es préstamo sino solidaridad".

La importancia de lo prometido no puede ser subestimada. El mismo Marulanda lo reconoce en noviembre cuando les comenta a los otros miembros del Secretariado: "el aporte de (300) resuelve un serio problema estratégico en la lucha contra la agresión gringa en cabeza de Uribe y de primera vista da la impresión que el hombre (Chávez) está interesado en aportar a la causa bolivariana para lograr fortalecer su proyecto político en varios países".

El 8 de febrero de 2008, tres semanas antes del bombardeo al campamento de Raúl Reyes, Márquez y Granda le avisan a 'Tirofijo' y al Secretariado que les tienen buenas noticias. El mismo Chávez les informó que "ya tiene disponibles los primeros 50 y tiene un cronograma para completar los 200 en el transcurso del año". En subsecuentes correos se habla de futuras reuniones en donde se precisará cómo será el mecanismo de entrega de los recursos, que podría ser, incluso, por medio del establecimiento de empresas o entrega de contratos. Llama la atención que en estos últimos correos utilizan claves numéricas para referirse a lugares y empresas y se refieren a Chávez con el alias de 'Ángel'.

La entrega de dinero y de armas a las Farc no es un hecho aislado sino que forma parte de una estrategia política más ambiciosa donde tanto las Farc como el gobierno de Chávez ganarían. El Presidente de Venezuela se convertiría en líder continental y la guerrilla alcanzaría el tan anhelado reconocimiento como fuerza beligerante. Por eso, tanto a Chávez como al Secretariado les cayó como anillo al dedo la designación del primero como facilitador del intercambio. Los contactos, que hasta agosto de 2007 eran totalmente clandestinos, se podían ahora realizar con menos riesgo bajo la sombrilla de una mediación internacional. En los correos es evidente que tanto para Chávez como para el Secretariado, primaban más los objetivos políticos que los humanitarios.

En un correo de Raúl Reyes a 'Tirofijo', el 23 de septiembre de 2007, el abatido jefe guerrillero le dice al comandante de las Farc que "para nosotros por encima del acuerdo o desacuerdo del canje está afianzar el reconocimiento de fuerza beligerante". En otro mensaje, el 11 de noviembre de ese mismo año, Reyes le dice al Secretariado que "para Chávez es de gran ayuda recibir las pruebas de supervivencia antes del referendo". Las pruebas nunca llegaron porque el Ejército colombiano interceptó a los mensajeros de las Farc en Bogotá a finales de noviembre.

Este no fue el único favor que quisieron hacerle las Farc en contraprestación por la plata y las armas. En un mensaje del 22 de noviembre al Secretariado, 'Tirofijo' comentó el anuncio del fin de la mediación oficial de Chávez por parte del gobierno colombiano. El comandante de las Farc dice que "si estamos seguros que el hombre (Chávez) nos hizo la ayuda, tal como lo señala Iván (Márquez), sería bueno analizar si unilateralmente entregando a Clara (Rojas), el hijo (Emmanuel) y la señora del Huila (Consuelo González) para crear mayores complicaciones a Uribe es posible producir mejores efectos en busca de la beligerancia a través de Chávez".

A lo largo de un extenso cruce de correos entre los miembros del Secretariado durante todo diciembre de 2007 se coordinó con los venezolanos la mejor manera de sacarle provecho a la liberación de los secuestrados. De allí salieron varias iniciativas, entre ellas la de hacer una caravana humanitaria de la que harían parte Francia, Suiza, Argentina, entre otros. El mundo entero vio la concreción de esta propuesta en los últimos días de diciembre con la llegada a Villavicencio de personajes como el ex presidente argentino Néstor Kirchner y delegados de Ecuador, Cuba, Bolivia, Brasil, Francia, e incluso el afamado director de cine Oliver Stone.

Este show entre las Farc y el gobierno Chávez se frustró cuando se conoció que Emmanuel no estaba en poder de las Farc sino en un hogar del Instituto de Bienestar Familiar en Bogotá. Sólo a principios de enero se dio la anunciada liberación de Clara Rojas y Consuelo González. Queda claro por los correos electrónicos que la decisión de Chávez de solicitar, el día siguiente, ante la asamblea de su país, que la comunidad internacional le otorgara el estatus de beligerancia y dejar de considerar a las Farc como un grupo terrorista, era el pago político por las liberaciones.

Llama la atención que las comunicaciones entre las Farc y el gobierno venezolano no cesaron ni cambiaron cuando Uribe despidió a Chávez de la mediación. Los tres meses que estuvo autorizado 'oficialmente' fueron suficientes para estrechar la relación de las Farc con el alto gobierno de Venezuela. Un asunto de enorme gravedad para la seguridad nacional de Colombia. Mientras la guerrilla tenga en Venezuela una retaguardia estratégica para sus combatientes, una ayuda militar o económica, o un apoyo logístico, es muy difícil que en el país se firme la paz.

El hecho de que sea un Estado el que le brinde apoyo a las Farc puede tener profundos efectos en el equilibrio del conflicto colombiano. El grupo insurgente podría tener acceso a un armamento que está restringido en el mercado negro y que tiene un enorme poder de fuego, como lo son los misiles tierra-aire. Estos misiles, por ejemplo, fueron los que le permitieron a los rebeldes muyajedines en Afganistán repeler la invasión del aparentemente indestructible Ejército soviético. Esto gracias al apoyo de otro Estado: Estados Unidos. Sucede lo mismo en el Oriente Medio con el apoyo del gobierno de Irán al grupo Hezbollah, que en los últimos años ha logrado fortalecer su poder en Líbano. O lo que ocurrió en la guerra de Vietnam con el apoyo de China al Vietcong.

El caso de Colombia es aun más dramático porque se trata de un conflicto interno y no de una guerra internacional. Por eso el apoyo de Chávez a las Farc, más allá de su empatía ideológica o su retórica bolivariana, podría obedecer a que ve a Colombia como la cabeza de playa de una posible invasión de Estados Unidos. Dentro de una visión de guerra asimétrica, el Presidente venezolano lleva varios años preparándose para un ataque del Tío Sam a través de Colombia. Para Chávez, Colombia es el 'Israel' del imperio en América Latina y, desde esa perspectiva, las Farc tendrían un valor estratégico para él en la guerra de guerrillas, o guerra asimétrica, para enfrentar el poder militar convencional de Estados Unidos. Es por esta razón que ha armado a miles de venezolanos en milicias bolivarianas y solicitado, según se desprende de los correos del Secretariado, asesoría de las Farc.

Pero, más allá de las paranoias de Chávez, todos estos documentos deben poner en alerta a los Estados del mundo y a los organismos internacionales sobre lo que significa que un grupo catalogado como terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea tenga una relación tan estrecha y peligrosa para la sociedad colombiana como la que tienen sectores del alto gobierno venezolano con el Secretariado de las Farc.

jueves, 15 de mayo de 2008

REVISAR LA EXTRADICIÓN

RAFAEL GUARÍN
Revista Semana on line.
15 de Mayo de 2008

La decisión de extraditar a la cúpula del paramilitarismo favorece al gobierno, pero erosiona gravemente el Estado de Derecho. Con habilidad, Uribe cambió el escenario y dejó en el aire a quienes decían que era incapaz de extraditar a los ex jefes paramilitares por físico miedo a que denunciaran sus presuntos vínculos con esas organizaciones. Resulta irónico que estos críticos ahora digan que los extraditó para que no hablaran.

El gobierno nunca dio la seguridad jurídica de no extradición; por el contrario, siempre condicionó la extradición a que Mancuso, Jorge 40, Don Berna y los demás narcotraficantes, acataran las obligaciones de la ley de justicia y paz. La Política de consolidación de la Seguridad Democrática, dentro de las medidas que combaten el resurgimiento de tales grupos, contempla “retirar todos los beneficios jurídicos, aplicar la legislación penal ordinaria y, cuando sea procedente, extraditar”.

Al comienzo del proceso con los paramilitares la extradición inmediata parecía lo conveniente. Suprimirla o suspenderla indefinidamente con ocasión de un “proceso de paz”, era un incentivo a nuevas bandas de narcotraficantes, dispuestas a disfrazarse de autodefensas o guerrillas con tal de obtener bajas penas en Colombia e impunidad en el exterior.

A pesar de eso, algunas cosas hacen pensar que la extradición debía hacerse luego de pagar las condenas en Colombia. La primera, el descubrimiento del famoso programa de ''Resocialización de Narcotraficantes” del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que a cambio de confesión de delitos, rutas de narcotráfico y dinero, ofrecía bajas penas y hasta la posibilidad de mantener parte de la riqueza ilícita. Esa es probablemente la razón por la que los hoy extraditados no delataron las vías de exportación de droga, ni entregaron bienes a la justicia colombiana. Prefirieron negociarlos con las cortes estadounidenses que reparar con ellos a las miles de víctimas, así diga el Alto Comisionado que tales bienes tendrán ese destino final.

La jugada de los paramilitares es pagar simultáneamente la pena que impongan las cortes estadounidenses por narcotráfico y la derivada por la comisión de crímenes de lesa humanidad, en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Un “articulito” de dicha ley establece que “la pena podrá cumplirse en el exterior”. El negocio es rentable para estos delincuentes: los 8 años que máximo pagarían en Colombia harían parte del tiempo que cumplirán en las cárceles estadounidenses.

Si se quería ser duro con los delincuentes (¡como debe ser!), se tenía que observar la regla de juego original: aplicarles la pena ordinaria que fácilmente ascendería a 40 años y, cumplida ésta, proceder a su extradición.

Lamentablemente, si no se hace algo desde la sociedad civil, la extradición terminará por ahogar en un mar de confusiones e impotencia a las víctimas y a quienes demandamos la verdad sobre los vínculos con políticos, empresarios, militares, magistrados, fiscales, multinacionales y las propias agencias de inteligencia norteamericanas.

Hay que exigir al gobierno impedir que se repita el incumplimiento de la Ley de Justicia y Paz en los 3.284 casos restantes. Es urgente fijar un término durante el cual se podrá cumplir con las obligaciones de verdad y reparación que tienen los sindicados, so pena de ser excluidos de los beneficios. Esta es la única forma de asegurar que los lugartenientes, que en realidad eran quienes movían la maquinaria asesina y también mantenían permanente relación con los diferentes estamentos de la sociedad, revelen la verdad.

Para despejar cualquier suspicacia de contribución a la impunidad, se debe excluir de Justicia y Paz a los extraditados. Con eso se elimina la posibilidad de cumplir la pena en el exterior, quedan cobijados por la justicia ordinaria y vigentes los procesos, en espera a que se verifique la pena en Estados Unidos y se requiera su repatriación a fin de que se condenen por crímenes de lesa humanidad. Finalmente, son imprescriptibles.

A esta altura, así parezca ingenuo, queda exigir al gobierno que haga equipo con las organizaciones de la sociedad civil con el propósito de mantener el reclamo de verdad, justicia y reparación y se establezcan mecanismos de seguimiento y observación rigurosa a los procesos que se adelanten en Estados Unidos.

En el futuro se necesita que un nuevo gobierno entienda que el tratado de extradición es de doble vía y tenga la valentía y el liderazgo de exigir el retorno de los narcoparamilitares, una vez cumplan las penas en Estados Unidos. Aún más, no se debe temer revisar el tratado y abrir un debate indispensable para evitar que un mecanismo de cooperación judicial se desnaturalice y que los criminales terminen gozando de las playas de Miami, mientras sus víctimas enfrentan en la soledad su propia desgracia.

Nota: ¿Por qué Sabas Pretelt no renuncia a la embajada en Roma y explica al país su papel en el escándalo Yidis?

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viernes, 9 de mayo de 2008



PAGE ONE

Chávez Aided Colombia Rebels,
Captured Computer Files Show

By JOSÉ DE CÓRDOBA and JAY SOLOMON
May 9, 2008; Page A1

BOGOTÁ, Colombia -- A cache of controversial computer files closely tying Venezuela's President Hugo Chávez to communist rebels seeking to topple Colombia's government appear to be authentic, U.S. intelligence officials say.

Link: http://online.wsj.com/article_email/SB121029900813279693-lMyQjAxMDI4MTAwOTwOTk5Wj.html


martes, 6 de mayo de 2008

EL DOBLE JUEGO DE CORREA

EL NUEVO HERALD - Miami / Publicado el martes 06 de mayo del 2008
Foto Periódico EL COMERCIO

Lo que amenaza la seguridad y la paz de América Latina no es la firmeza de Colombia frente a los grupos armados ilegales y el narcotráfico, sino la alianza de la revolución bolivariana con las FARC. La declaración de Rafael Correa de estar dispuesto a reconocer estatus de beligerancia a las FARC e iniciar relaciones diplomáticas con ese grupo, demuestra que se mantiene en el guión escrito por Hugo Chávez y Manuel Marulanda.

La excusa de que Ecuador no se va a involucrar en el ''conflicto colombiano'' le ha servido a Correa para todo. Mientras insistía que su país es víctima de una ''guerra civil'' foránea y que la política de seguridad de Alvaro Uribe es una imposición norteamericana, que amenaza la seguridad y paz regional, se dedicó a tejer alianzas con las FARC.

Lo cierto es que la estrategia de Correa, en el marco de la revolución bolivariana, se basa en no participar ''en el conflicto armado interno'' dando apoyo al gobierno Uribe, pero sí a las FARC. Desde el comienzo de su mandato, le concedió a la guerrilla el trato de organización política armada. Cree, al igual que Chávez, que ésta tiene un proyecto bolivariano que ''merece respeto'' y que su acción violenta es legítima.

El doble juego se develó con la acción militar en que cayó Raúl Reyes. Su presencia en territorio ecuatoriano y la información encontrada en las computadoras, expusieron al mundo la vinculación de ese gobierno con las FARC. A esta altura, la crisis diplomática entre ambos países no obedece al bombardeo en la frontera, sino al contenido de las laptops. Estas evidencian que por instrucciones directas de Manuel Marulanda, las FARC contribuyeron a la financiación de la campaña del presidente Correa, quien venía cumpliendo los acuerdos con la guerrilla.

Esto se ratifica en el encuentro clandestino de Gustavo Larrea, su flamante ministro de Seguridad, con Reyes. Larrea le manifestó al guerrillero el ''interés del Presidente (Correa) de oficializar las relaciones con la Dirección de las FARC'', por su conducto. Según Reyes, acordaron ''cambiar mandos de la Fuerza Pública de comportamiento hostil con las comunidades y civiles de la zona, para lo cual concitan nuestro aporte con información''. Lo que significa que se sometió el funcionamiento de las fuerzas de policía y militares del Ecuador a un pacto con una agrupación narcotraficante, calificada de terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea. Esa purga se amplió recientemente a todo aquel del que se sospeche tenga contacto con agencias de inteligencia estadounidenses, no así respecto a los militares relacionados con las FARC.

No hay que olvidar que el ministro ecuatoriano integró la pintoresca misión humanitaria montada por Chávez para la operación Emmanuel. En esa ocasión, cuando el presidente Uribe denunció que la guerrilla no tenía al niño, propuso condenar al gobierno colombiano, lo que fue celebrado por las FARC. Larrea es un viejo militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), emparentado con organizaciones similares en Perú, Bolivia y Chile. Hay quienes afirman que promovió círculos bolivarianos en Sudamérica y que tiene una relación privilegiada con Chávez. Fue director regional de la Asociación ALDHU que pretende llevar a Uribe a ''instancias jurisdiccionales internacionales'', en coincidencia con las tácticas y objetivos de la guerra política de las FARC y la revolución bolivariana contra el Estado colombiano.

Descubierta la conspiración con las FARC, el gobierno ecuatoriano procura contener la reacción interna y evitar la condena de la comunidad internacional. Para eso, pretende desvirtuar las computadoras, señalar que ''el ``descaro'' de Bogotá llegó a niveles inimaginables'' y que existen ''matrices de opinión antiecuatorianas'' en Europa. Además, según el diario El Comercio, se calificó de traidores a la patria a quienes en la oposición se atreven a investigar. También se sindica a periodistas de estar al servicio del ``agresor''.

Lo anterior da verdadero alcance a las palabras de la canciller, María Isabel Salvador: es indispensable ''acabar'' con la difusión de informaciones ''no verificadas'' por parte de Colombia, para restablecer las relaciones. Es decir, el gobierno de Uribe no debe revelar más documentos de las computadoras. Todo un exabrupto. Dicha información constituye un medio de prueba de la alianza farchavista y herramienta útil para quebrar los vínculos de las FARC con los gobiernos venezolano, ecuatoriano y los demás con los que ha mantenido contacto.

Por lo pronto, si Correa insiste en prolongar la crisis y en no separarse de la guerrilla, el efecto será el contrario: Uribe tendrá que llevar las computadoras y demás pruebas a la OEA y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Chávez debería calcular las consecuencias.

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viernes, 2 de mayo de 2008

DISOLVER EL URIBISMO

Capitolio Nacional. Sede del Congreso de Colombia.
Foto tomada de http://www.elturbion.modep.org/

Publicado en Semana.com - 2 de mayo de 2008

RAFAEL GUARÍN

El problema no es Uribe, es el uribismo. Así parece que lo perciben los ciudadanos. El creciente repudio a los miembros de la coalición de gobierno comprometidos con los narcoparamilitares, contrasta con la favorabilidad del Presidente. Después de la crisis internacional de marzo pasado ascendió a 84% y se acaba de revelar una encuesta, en que el 68% dice que votaría por él, si se presentara en las próximas elecciones presidenciales.

La verdad es que los congresistas y los partidos denominados “uribistas” siempre han sido más una carga que otra cosa. En 2002, fue mayor el beneficio que obtuvieron los que a última hora apoyaron a Uribe, que el conseguido por la campaña presidencial. En 2006 se repitió la historia. El Partido Conservador, la U, Cambio Radical y pequeñas colectividades como Convergencia Ciudadana, Colombia Democrática, Colombia Viva y Alas Equipo Colombia, han servido más para mantener y profundizar viejos vicios de la política, que para respaldar la gestión gubernamental.

Es increíble que un gobierno con esos niveles de apoyo ciudadano esté en una inmensa soledad. En el Congreso son contados quienes son capaces de defender medianamente una tesis del gobierno, en cambio, son más los que levantan argumentos desde la oposición. Junto a los vínculos con el paramilitarismo, campea la mediocridad en las toldas parlamentarias uribistas.

En los partidos de la coalición no existen liderazgos políticos que orienten la actividad legislativa. La bancada uribista es una ficción burocrática, pero no una fuerza política. A las evidentes limitaciones conceptuales de muchos de sus integrantes, se suma la ausencia de inquietudes programáticas y el consabido afán individualista. Pareciera que el “sálvese quien pueda” fuera el único factor dominante en la coalición. Quienes suelen proponer, lo hacen preferentemente buscando registro mediático y no pensando en sus propios partidos o en un proyecto político.

Da grima ver los debates de control político. La mayoría de los que se dicen uribistas se destacan por su falta de preparación y compenetración con las políticas de la administración que respaldan. Ni siquiera ante la amenaza farchavista, el acuerdo humanitario o la implementación de la política de seguridad democrática, surgen planteamientos o sugerencias de esos partidos.

Para colmo de males, la presidenta del Congreso, Nancy Patricia Gutiérrez, de Cambio Radical, y el presidente del Partido de la U, Carlos García, justa o injustamente, están en capilla con destino al Buen Pastor o la cárcel la Picota. Vargas Lleras no aparece. Los otros jefes de los partidos de la coalición están investigados: Habib Merheg, Mario Uribe, Álvaro Araujo, Ciro Ramírez y Alberto Gil.

Pero la indiscutible crisis de legitimidad de los partidos políticos, que afecta la credibilidad del Congreso, no llega a la Casa de Nariño. La razón de un apoyo tan alto al Presidente probablemente obedece a la combinación de una legitimidad de tipo carismático y una basada en el rendimiento. En términos de Max Weber, los ciudadanos reconocen en Uribe cualidades extraordinarias o excepcionales, lo que no es extraño, si se compara con Andrés Pastrana o Ernesto Samper. Al igual, siguiendo al profesor Joseph Valles, es consecuencia de que “funda su legitimidad en el resultado de sus propias actuaciones”.

Lo evidente es que el gobierno está solo y en el gobierno mismo Uribe también. No hay quien lidere la bancada si no es Uribe, prácticamente no hay quien responda los ataques externos que no sea Uribe, tampoco, a la oposición. El gobierno es Uribe y eso, que tantas emociones despierta, resultará fatal cuando no esté.

En parte, es responsabilidad de un liderazgo muy fuerte en cabeza del Presidente, pero ante todo, de la incapacidad de los partidos de la coalición, igual que de la ineptitud del Partido Liberal y el Polo Democrático para generar nuevos liderazgos. Durante la crisis desatada con la muerte de Raúl Reyes, nadie, absolutamente ninguno de los que aspiran a sucederlo y se encuentran fuera del gobierno, respaldaron al Presidente. Muchos quieren aprovechar su popularidad sin hacer gasto alguno.

Por el lado del Partido Liberal la situación no es muy distinta. Finalmente, se disputa con el Partido Conservador la paternidad de los parapolíticos, hoy declarados uribistas. El Liberalismo tiene once parlamentarios y cuatro de sus gobernadores, elegidos en 2003, judicializados por relaciones con las AUC. Del Polo Democrático, con seguridad, pronto sabremos, apenas la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía comiencen a investigar políticos y “personalidades” cómplices de las FARC.

Así las cosas, ¿para qué sirve tener las mayorías en el Congreso? ¿A cuento de qué el Presidente asume el desgaste político de los miembros de su coalición de gobierno? ¿Más que aliados, los partidos uribistas son un obstáculo para que el gobierno pueda derrotar el crimen, la pobreza y la corrupción? ¿No será mejor adelantar las elecciones de Congreso? ¿Avanzar hacia una Asamblea Nacional Constituyente?

Uribe debería proclamar la disolución del uribismo parlamentario. El uribismo ciudadano sigue existiendo y siente que los parapolíticos, que usufructúan la imagen del Presidente, no sólo no los representan sino que lo afectan gravemente. Si el Presidente quiere salvaguardar su legado y que se reelija la seguridad democrática, debe promover que en las próximas elecciones no haya más partidos, aliados del crimen, asaltando su popularidad. El mejor camino es que desaparezcan, de una vez por todas, las corruptas colectividades uribistas y que surjan nuevas alternativas políticas, con capacidad de defender transparentemente una política de firmeza frente al terrorismo y de realización del estado social de derecho.
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jueves, 1 de mayo de 2008

Documentos revelan que Venezuela pidió entrenamiento guerrillero a las FARC

ALEJANDRA LABANCA
The Miami Herald
AFP/Getty Images

El gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez le pidió a la guerrilla colombiana de las FARC "compartir su experiencia en guerra de guerrillas'', citando una posible invasión estadounidense, según documentos obtenidos por The Miami Herald.

Un alto funcionario colombiano dijo que los documentos estaban en una computadora de Raúl Reyes, líder de las FARC abatido el primero de marzo en una incursión militar colombiana contra un campamento rebelde en el vecino Ecuador.

En uno de aproximadamente 15 mensajes electrónicos a los que The Miami Herald tuvo acceso, alguien que firma como "Iván'' le indica al Secretariado de las FARC que la solicitud de cooperación militar vino del ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín. Los mensajes son parte de varios documentos no revelados que supuestamente estaban en las computadoras de Reyes.

El alto funcionario colombiano --que pidió no ser identificado como condición para hablar de los documentos-- identificó a "Iván'' como Iván Márquez, miembro del Secretariado de las FARC.
No se ha confirmado de forma independiente la veracidad de los documentos. Las autoridades colombianas indicaron a The Herald que los documentos sobrevivieron al ataque al campamento rebelde porque las computadoras estaban guardadas en cajas de metal. El gobierno colombiano ha pedido a la Interpol que verifique la autenticidad de los archivos informáticos y se espera que los resultados estén listos pronto.

Rodríguez Chacín declinó el miércoles una petición de entrevista con The Herald.

Según uno de los mensajes electrónicos revisados por The Herald, Rodríguez Chacín solicitó a las FARC una capacitación amplia.

"Rodríguez Chacín preguntó sobre posibilidades de que les transmitamos nuestra experiencia en guerra de guerrillas, la cual ellos llaman ‘guerra asimétrica'. Quieren modalidad operativa, explosivos, cátedra bolivariana, campamentos en la selva, emboscadas, logística, movilidad (...), todo esto pensando en una respuesta adecuada a la posibilidad de una invasión de Estados Unidos'', escribe "Iván'' en un mensaje con fecha del 14 de noviembre del 2007.

El funcionario colombiano dijo que la fecha del mensaje de "Iván'' fue después de una reunión entre Rodríguez Chacín e Iván Márquez en Caracas. El funcionario mencionó una reunión celebrada entre las FARC y el gobierno venezolano en el Palacio de Miraflores y ampliamente reportada en la prensa.

Los documentos en cuestión se remontan incluso al 2005 y son mensajes internos entre altos líderes guerrilleros. No hay ningún mensaje de los funcionarios venezolanos mencionados en los memos de los rebeldes.

Colombia afirma que eso se debe a que Márquez y el también líder guerrillero Timoleón ‘‘Timochenko'' Jiménez --no Reyes-- fueron los contactos directos de la guerrilla en Venezuela.
En su mensaje, "Iván'' le dice al Secretariado de las FARC que Venezuela está interesada en compartir la experiencia de los rebeldes en varios frentes. "Chávez propuso contactos trimestrales (...) en eventos que podrían tener lugar en la frontera, Caracas o La Habana, sin descartar su presencia en los mismos'', escribe "Iván''.

Si se verifican, los mensajes entre Márquez y el resto del Secretariado de las FARC sería un fuerte indicio de que Chávez tiene una relación estrecha con los rebeldes. En un mensaje del 12 de noviembre, un rebelde escribe sobre una reunión que dice se celebró "en nuestro búnker del Fuerte Tiuna''. El Fuerte Tiuna es la sede central de las fuerzas armadas venezolanas en Caracas.
Los documentos obtenidos por The Herald también revelan que los rebeldes pueden haber tenido contactos con Venezuela sobre entrenamiento en la guerra de guerrilla desde el 2005.

En un mensaje del 18 de abril del 2005 "Iván'' le escribe a "Raúl'' que alguien a quien llama ‘‘Tino," un alto cargo con las Unidades de Defensa Popular --las milicias territoriales que Chávez creó para defender su revolución bolivariana-- está interesado en capacitar a sus miembros en guerra de guerrilla con los rebeldes.

No está claro si la supuesta solicitud de Rodríguez Chacín dos años después tenía por fin capacitar a la misma fuerza civil armada.
Los mensajes también sugieren que desde el 2005 los rebeldes intentaron ganarse el favor de Chávez, a quien caracterizaron de "un tipo difícil'' a cargo de un país con "importantes reservas útiles a nuestros propósitos''.

"Iván'' y "Timo'' le enviaron mensajes a Chávez a través de varios de sus ayudantes y partidarios, con una retórica específica para tratar de ganárselo e indicándole que las FARC tenían la capacidad de ayudar a su revolución socialista.

"Necesitamos captar a un tipo difícil, de pataletas'', le dice "Iván'' a "Raúl'' en un mensaje del 25 de marzo del 2005, en que sugiere enviarle una carta a Chávez.
"Recomiendo aludir [en la carta] al tema de la grave amenaza imperialista que se cierne sobre la revolución'', agrega.

El 17 de mayo del 2005, "Raúl'' le dice a "Timo'' que ya se envió la carta a Chávez.

Mensajes electrónicos ya dados a conocer por el gobierno colombiano alegan que Chávez le prometió millones de dólares a las FARC aproximadamente en el momento en que negociaba la liberación de cinco rehenes a finales del 2007 y principios del 2008.

El general Oscar Naranjo, jefe de la Policía de Colombia, dijo poco después de la incursión al campamento de Reyes que Chávez le había dado $300 millones a las FARC. Agregó que la información salió de los archivos informáticos recuperados de las computadoras de Reyes y que no estaba claro si era un pago de rescate por los rehenes.

Venezuela ha negado con fuerza la acusación.

Sergio Jaramillo, viceministro de Defensa de Colombia, declinó comentar sobre el supuesto vínculo financiero entre Venezuela y las FARC, pero dijo que el gobierno sabe que los rebeldes están escasos de dinero. Las FARC están bajo fuerte presión de las fuerzas armadas colombianas, que han recibido $6,100 millones desde el 2000 del Plan Colombia, financiado por Washington.

"Por lo que he visto en las computadoras de Reyes, ha habido una reducción significativa en los ingresos de las FARC porque han perdido el control de la producción de cocaína en el sureste de Colombia'', dijo.
"Más importante, vemos que tienen un gran problema de flujo de efectivo. No tienen capital para adquirir todo el equipo que quieren'', agregó el viceministro.